De La sociedad de la nieve

En el libro La sociedad de la nieve, del uruguayo Pablo Vierci, los 16 sobrevivientes del accidente aéreo de los Andes expresan, por primera vez, sin ninguna censura emocional ni prejuicio, lo que realmente sucedió en la tragedia. Luego del testimonio de cada uno de ellos, se relatan brevemente sus biografías, una de las cuales tiene una anécdota muy interesante además de impactante, digna de compartir.

"Daniel Fernández nació en 1946. Es ingeniero agrónomo, se casó con Amalia, su novia de entonces, con quien tuvo tres hijos. Fue docente universitario durante ocho años y director de distintas áreas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República en Uruguay. Vive en un departamento amplio, pero sin ninguna ostentación, próximo al centro de Montevideo. Es un hombre calmo que, a pesar de aparentar una personalidad distante, esconde un carácter muy afable.
Uno de los recuerdos que más le emociona fue lo que sucedió con su amigo íntimo y compañero de estudios en la Facultad de Agronomía, Miguel Shaw, hermano de Daniel, que murió en el accidente. Pocos días antes, los dos compañeros habían preparado un trabajo para la facultad. Para Miguel, Daniel Fernández había caído en los Andes, por lo que tuvo que terminar el trabajo sólo. Pero cuando lo finalizó, el 10 de diciembre, lo pasó a máquina y lo firmó: "Daniel Fernández y Miguel Shaw". Cuando lo entregó a la cátedra, el profesor le preguntó por qué ponía el nombre de un muerto, Daniel Fernández. Miguel lo miró a los ojos y le respondió: "Él no está vivo, pero tampoco está muerto"."

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