Dónde vida.

Dónde está la vida más que en ese cálido abrazo en el cual dos viejos amigos se reencuentran. Dónde está la vida más que en el orgullo de hacer un regalo y recibir una palmada de agradecimiento. ¿Dónde sino? No me niegues que está en ese te quiero, en ese te extraño, que hacía mucho que esperabas y nunca llegaba. Dónde más que en un desayuno completo, recargapilas para salir a pelear con el león de cada día. ¿Me vas a decir que no está en el apoyo incondicional de un hermano? Desmentime que así sea. Negame que está en el placer de una buena siesta, que no te voy a creer. Dónde si no es en el suspiro de alivio que diste cuando ayudaste a ese fiel compañero a salir adelante en ese problema que mal lo traía. Dónde si no es en la previa, el durante y el post de un partido de fútbol muy esperado. Y cómo no encontrarla en un cuento de Sacheri, leído cuando el día quiere irse a dormir. Dónde está, si no está en ese encuentro amoroso en el cual dos personas efímeramente se transforman en una. Por qué buscarla en lugares inhóspitos, de difícil acceso, en dónde lo difícil parece lo necesario, y en realidad, lo necesario es justamente lo simple. Dónde está ella más que en esa charla eterna entre dos personas que, oh casualidad, encontraron algo más que sencilla afinidad. Y por qué no en el vino que los acompaña. Y por qué no en la camisa de él, que tanto tiempo le costó elegir para ella, o en el vestido que ella viste, para deslumbrarlo a él, probablemente el futuro dueño de su corazón. Por qué en Tailandia y no en la esquina de tu casa, donde un heladero agradecerá con sonrisa incluida la propina que recibirá por ese helado bajonero. Y quién puede negarme que está en ese objetivo cumplido, luego del desmedido esfuerzo por conseguirlo. También en las risas a carcajadas, también en los llantos de la desdicha. Y en el brindis de cada cena, y en la tele de cada almuerzo, y en el beso de buenas noches, y en el sueño que nunca se cumplirá. Cómo no te hallan, vida, si te luces en cada primavera. Dónde te esconderás que hay muchos que no te encuentran, y esa desesperación por no ubicarte, termina siendo herida. Junto a un grupo de vagos amigos creemos saber dónde te refugias. Sólo esperamos que seas vos.

A mis amigos.